Tarjetas revolving

Razones por las que los bancos prefieren que contrates una tarjeta de crédito y no de débito

13 Nov. 2021

Cuando abrimos una cuenta en el banco, normalmente queremos y la entidad quiere que tengamos, una tarjeta vinculada a esa cuenta con la que retirar nuestro dinero o poder hacer compras con ella. Desde hace años y cada vez más, las entidades bancarias obligan a contratar a sus clientes tarjetas de crédito en lugar de las de débito porque al banco le interesa más.

La estrategia utilizada por la entidad es la de cobrar una comisión de mantenimiento o cuota anual por el uso de la tarjeta de débito, presionando al cliente de esta forma para que contrate una tarjeta de crédito ya que por la otra tiene que pagar.

Las razones por las que la banca prefiere que utilicemos las tarjetas de crédito son las siguientes:

  • El banco percibe más dinero cuando el cliente paga con una tarjeta de crédito que cuando lo hace con una de débito: cuando pagamos en comercios con nuestra tarjeta, el banco cobra a los mismos una comisión, denominada tasa de intercambio. Para las compras de hasta 20 euros efectuadas con tarjetas de débito, la tasa de intercambio máxima se sitúa en un 0,1% del valor de la operación. Sin embargo, si la operación se realiza con una tarjeta de crédito, la tasa de intercambio máxima es del doble, es decir, de hasta el 0,2% del valor de la compra. En las compras superiores a 20 euros realizadas con tarjetas de débito la tasa máxima de intercambio se encuentra en un 0,2% y si la operación se realiza con tarjeta de crédito la tasa máxima sube hasta el 0,3% del valor de la compra.
  • La posibilidad de financiación que ofrece una tarjeta de crédito abre las puertas al eterno endeudamiento del cliente a base de intereses altísimos que provocan una dificultad extrema para que el cliente pueda saldar la deuda. Tras la sentencia del Tribunal Supremo a la que tantísimos españoles se han acogido para reclamar todos los intereses que llevaban pagados desde que contrataron su tarjeta de crédito, las entidades se vieron obligadas a bajar los intereses, pero aún así los intereses aplicados por la utilización de este tipo de tarjetas son muy altos y ocasionan en la mayoría de las veces que el cliente acabe endeudado durante años.

Cómo parece inevitable actualmente acabar con una tarjeta de este tipo en nuestra cartera, abogamos desde aquí por un uso responsable de las mismas.

Siempre podemos pagar lo que hemos gastado al final del periodo liquidativo sin intereses, pero si decidimos financiar nuestras compras, tenemos que ser conscientes desde ese momento de que nos sometemos a un % elevado de intereses y de que no todo el dinero que iremos pagando mes a mes servirá para cancelar la deuda que tenemos, si no que, dependiendo de la cuota que tengamos, una parte del mismo será destinado a amortizar deuda y la otra serán intereses por lo que cuantas más compras aplacemos, los intereses y por lo tanto, los beneficios del banco, serán mayores.